Combinación 6.
por el gran David.
[Event "Match Moscú - Praga"]
[Site "Moscú"]
[Date "1946.??.??"]
[Round "?"]
[White "D. Bronstein"]
[Black "L. Pachman"]
[Result "1-0"]
[ECO "C88"]
[PlyCount "85"]
[EventDate "1946.??.??"]
1. e4 e5 2. Nf3 Nc6 3. Bb5 a6 4. Ba4 Nf6 5. O-O Be7 6. Re1 b5 7. Bb3 O-O 8. a4
Bb7 9. d3 Na5 10. Ba2 d6 11. c3 c5 12. Nbd2 Qc7 13. Nf1 c4 14. Bg5 cxd3 15.
Bxf6 Bxf6 16. Qxd3 Nc4 17. b3 Nb6 18. a5 Nc8 19. b4 Ne7 20. Ne3 Rfd8 21. Rac1
Rac8 22. Red1 g6 23. Ng4 Bg7 24. Ng5 d5 25. Qf3 f5 26. exf5 Nxf5 {Siempre
recordamos que la dama es más fuerte que una torre y que una torre es más
fuerte que un caballo o un alfil, pero cuando juzgamos y evaluamos una
posición es a veces esencial violar estas concepciones materialistas. La razón
de tal consejo estriba en el hecho de que una pieza por sí misma no actúa
aisladamente, sino que desencadena un ataque u organiza una defensa en
coordinación con otras piezas y peones. Usando una pequeña dosis de fantasía o
imaginación es posuble a menudo encontrar una jugada que sea útil para todo el
ejército ajedrecístico, aun cuando ésta implique cierta pérdida de material.
De mi propia experiencia he aprendido que en una complicada posición del medio
juego, cuando piezas y peones están enzarzados en la batalla, con frecuencia
resulta juicioso sacrificar una torre por un alfil enemigo. Tras la 26|_
jugada negra, estamos ante un ejemplo perfecto de este tipo de posición. Por
supuesto, las blancas pueden jugar simplemente 27. Axd5+ pero las negras
moverían a continuación 27. ... Axd5 y dificultarían el ataque blanco. Con 27.
Txd5! el blanco abre la vital diagonal "a2-g8", conserva su poderoso alfil
atacante y fuerza al rey negro a refugiarse en el borde del tablero.} 27. Rxd5
Kh8 28. Rxd8+ Rxd8 29. Qh3 h5 30. Nf7+ Kh7 31. Ng5+ Kh8 32. Re1 Rd2 33. Be6 Ne7
34. Qe3 Rc2 35. Nf7+ Kg8 36. Ngxe5 Rxc3 37. Ng5+ Kh8 38. Nef7+ Kg8 39. Ne5+ Kh8
40. Ngf7+ Kh7 41. Ng5+ Kh8 42. Ngf7+ Kh7 43. Qf4 {Las negras se rinden. ¿Qué
hemos aprendido de esta partida? El llamado contraataque Marshall de la
apertura Española, 8. c3 d5 9 exd5 Cxd5 10 Cxe5 Cxe5 11 Txe5 Cf6, fue
popularizado por el gran jugador norteamericano Frank J, Marshall, al jugar
una partida con él contra José Raúl Capablanca, en su match de 1918. En
nnuestros días sólo se juega la modesta 11. .. c6, recomendación de Reuben
Fine, y este contraataque es una de las armas más peligrosas en manos de
jçovenes jugadores de talento. Yo ya había ensayado esta línea en mi match
contra Isaac Boleslavski en 1950, logrando unas fáciles tablas, Tras iniciar
yo el ataque con 8.a4, Ludek Pachman se valió de una defensa al estilo de
Chigorin, también preferida por Paul Keres. La lección principal ¡no meterse
en apuros de tiempo! No disponía de tiempo para ganar de forma directa, ni
tampoco el negro para reclamar tablas por repetición de jugadas.} 1-0
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