¿Cuál es nuestra tarea más importante, al examinar las combinaciones y formular una teoría del juego
combinativo?
Una combinación: concepción , cálculo y valoración , percibiremos claramente, después de breve consideración, que sólo la primera nos puede servir como punto de partida (La clasificación en combinaciones accidentales y sistemáticas no se presta mucho a una mayor división ). Únicamente cuando se basan en concepciones similares, los respectivos cálculos tendrán alguna mutua semejanza. Sólo entonces podrá examinárselos desde el mismo punto de vista. La valoración que sigue al cálculo no puede, por cierto, emprenderse independientemente de los otros elementos. Por consiguiente, trataremos de clasificar las combinaciones de acuerdo con su idea . Lo que queremos decir con esto será pronto evidente.
Como una combinación se basa en la violencia y la fuerza, debe haber un objetivo contra el cual se dirija esa fuerza. Debería decirse que cada movida ejerce, o debería ejercer, una presión distinta sobre el contrario y que, de acuerdo con el plan de la combinación, esta presión debe aumentar rápidamente y adoptar formas violentas. Lo cual demuestra con claridad que la combinación no puede dirigirse contra ningún objetivo fortuito, sino únicamente contra los objetivos que, por el momento, no estén en situación de resistir un ataque repentino. Esto significa, en lenguaje ajedrecístico, que una combinación sólo puede producirse a causa de una debilidad en la posición del contrario.
Si hemos descubierto esa debilidad en alguna parte de la posición del contrario, debemos tratar de sacar provecho de ella. Podemos intentar ganar una ventaja en posición o en material o, en casos especiales, emprender un ataque para dar el mate. Una ventaja posicional, por ejemplo, puede lograrse forzando al contrario a adoptar medidas defensivas que le signifiquen una pérdida de tiempo. En esta forma a veces se logra éxito, intensificando el ataque con una serie de golpes. Supongamos, por ejemplo, que la Dama blanca se encuentra en a3, que haya un Peón blanco pasado en c6 y un Caballo negro en e6. Estas han enrocado en el flanco del rey, pero su posición se ha debilitado por haber jugado ...g6. Supongamos, además, que las blancas podrían emprender un fuerte ataque si lograran llevar su Dama a h6 en una sola jugada . Una pequeña combinación hace que lo imposible se vuelva posible: las blancas empiezan con 1. c7, sacrificando su Peón pasado que las negras, como suponemos, deben capturar con 1. ..., Cxc7. Ahora sigue 2. Dc1, atacando al Caballo, que tendrá que ser cubierto o retirado, y entonces las blancas continúan con 3. Dh6, y la Dama blanca ha sido, en efecto, trasladada en una sola movida de a3 a h6. Si las negras tuviesen un segundo Caballo colocado en h6 que quedara sin protección después de ...g6, entonces la combinación de las blancas conduciría a la ganancia de una pieza; así, percibimos aquí ambas posibilidades unidas en un ejemplo: la ventaja posicional y la ventaja material. Finalmente, todavía sería posible para la Dama llegar a h6 y amenazar el mate, de modo que tenemos también un tercer propósito: el mate.
Estas debilidades son de la más alta importancia para nuestra clasificación. Ellas atraen nuestra atención hacia la posibilidad de una combinación. Las debilidades son los para nuestra clasificación. Ellas atraen nuestra atención hacia la posibilidad de una combinación. Las debilidades son los puntos de partida para nuestras combinaciones. Dan la señal para la combinación y, más aún, determinan, hasta cierto punto, su curso. Una clasificación de combinaciones debe, por lo tanto, basarse en las diferentes clases de debilidades. Estudiando éstas una por una, llegamos a conocer sus peculiaridades, y esto amplía nuestro conocimiento de las posibilidades de combinaciones y amplía también nuestra capacidad combinativa en general.
Antes de especificar las diversas clases de debilidades, es, por consiguiente, necesario ante todo dividirlas en dos grupos. El Rey tiene un lugar especial entre las piezas, puesto que jamás puede ser capturado; el propósito final del juego de ajedrez consiste en dar jaque mate al Rey. Debemos, por consiguiente, establecer la diferencia entra debilidades que causan ataques combinativos directos contra el Rey, y debilidades situadas en otra parte del tablero y que sirvan para otros propósitos. Por lo tanto, distinguimos entre:
1. Combinaciones para dar el mate.
2. Combinaciones en campo abierto.
El segundo grupo comprende todas las combinaciones que se ejecutan en campo abierto y no van dirigidas en primer lugar contra el Rey. Es posible que el Rey pueda desempeñar un papel, pero será únicamente en una capacidad subordinada. Por ejemplo, atacamos a una pieza débilmente colocada; el Rey contrario acude en su ayuda, y entonces nuestro ataque se dirige ahora contra el Rey. La debilidad de la pieza fue el factor primario; la llamamos entonces una combinación en el terreno.
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